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lunes, 28 de febrero de 2011

El Espejismo/ cuento 1992

" Marejada feliz, vuelve y pasa por mí,
  Aún yo digo que sí, que todavía pienso en ti.  (C.Curet Alonso)/ Apollo Sound

  Al terminar la canción miré el espejo retrovisor y vi el reflejo del dolor en mis ojos. Vuelvo en mí, me relajo. Miro el espejo lateral y leo: "Los objetos reflejados en este espejo están más cerca de lo que parecen" .Así es mi amor por ella; lejano en el tiempo pero muy cercano en el corazón. (Más cerca de lo que estoy dispuesto a aceptar).

  Me detengo ante el semáforo con la luz roja. Disimuladamente me enjugo las lágrimas. Presiento que alguien me está observando y me abochorno porque "los hombres no lloran". Miro al lado y no palpo nada. Deduzco que la que me observa está a mi izquierda. Giro la cabeza lentamente y cuando enfoco. . . es ella. Parece imposible; uno piensa en una persona a la que no has visto en seis años y de pronto aparece ante tus ojos. Vuelvo a mirar para cerciorarme. . . sin lugar a dudas es ella. Cambia la luz y ella arranca junto a su auto, no puedo seguirla, toco bocina pero ella no oye. Tiene puesto el acondicionador de aire y el radio seguramente en Alpha 106 como era su costumbre. Trato de cambiar al carril de la derecha para pasarle al tortuga que tengo al frente y enseguida siento un enorme frenazo y voces que cordialmente gritaron. . .
- !Animal!, !Bestia!, !Estúpido!

Llego al centro comercial, camino por el pasillo mirando las vitrinas. Me acerco a las escaleras eléctricas que llevan al segundo piso. Miro decenas de rostros desconocidos que transitan militarmente en dirección contraria cuando creo volver a verla.
- !Beatriz!, !Beatriz!: grité con voz en cuello.
A lo lejos escucho gentiles voces que susurraban. . .
- !Qué público!, !Qué cafre es!
- !Coño, qué linda se ve. Está más linda que antes. (Cierro los ojos y . . .)

- Beatriz, nena. Tú estás consciente de lo mucho que te amo; le dije preparando el camino.
- Estoy segura de que yo te amo más de lo que tú alguna vez llegarás a amarme.
- Llevamos dos años de novios. . .
- !y y y y!
- Quiero, necesito que me des una prueba de amor.
Beatriz me miró, se acercó, me besó y dijo. . .
- Ésta es la mejor prueba de amor que te puedo dar por ahora. Cuando nos casemos te daré el resto.
- Tú no comprendes: Estar cerca de ti, agarrarte las manos, abrazarte, sentir tu cuerpo, besarte. Todo esto despierta en mí una pasión que no puedo contener. Te necesito. Quiero que nos amemos esta noche.
- Yo también te necesito. ¿Crees que estoy hecha de palo?. . . Sé paciente, nos faltan dos años para terminar los estudios. Pasará al menos otro año en lo que conseguimos trabajo y nos estabilizamos.
- Estás muy equivocada si piensas que voy a esperar tres años.
- Amorcito hazlo por mí. Te amo; me dijo melosamente.
- Betty, quiero decirte algo. . . He decidido dejar los estudios. Me ofrecieron trabajo de gerente en la tienda. Te juro que si nos casamos con lo que gane podré mantenerte.
- Y ¿Los estudios?
- Los terminamos después.
-Yo quiero estudiar, trabajar, ser una persona libre e independiente.
- No te preocupes, yo te mantengo. Viviremos en un cuartito en la casa de mis padres en lo que compramos casa.
- Yo no quiero casarme tan joven. No quiero ser de esas esposas que se pasan todo el día viendo novelas, limpiando una casa que no es mía con las hornillas encendidas para cuando el marido se digne a llegar de la calle. Yo no quiero ser una esposa esclava de principios de siglo.
- Tú quieres disfrutar lo mejor de dos mundos sin sacrificarte ni dar nada a cambio. Quieres estar atada pero ser libre a la vez. ¿Quién te puede entender?
- Una persona que no sea machista como tú.
- Machista yo. Yo no soy machista; le grité.


Regreso al presente y siento que me estoy cayendo por las escaleras. Me sostengo de una anciana para no caerme y escucho cuando la señora con voz maternal me dice:
- !Burro, torpe! Porque no se agarra de las posaderas de su madre.

Regreso corriendo al primer piso para ver si puedo localizarla. Busco por todas partes y no la veo. Echo un vistazo a las tiendas cercanas pero no la encuentro. Estoy delirando. ¿Me estaré volviendo loco?, ¿cómo es posible que el recuerdo de esa mujer esté tan vivo en mí? o quizá sea el remordimiento que siento al pensar en la forma en que la dejé lo que me tiene alucinado.

- Beatriz, como no has podido darme lo que necesito he decidido terminar nuestra relación.
- ¿Por qué?
- Porque soy hombre y necesito. . . tú sabes.
- ¿No puedes esperar?
- No pude esperar.
- No pude esperar. ¿Qué significa?
- Bueno, de todos modos te vas a enterar. Estoy teniendo relaciones con tu amiga Camille. Ella me comprende y. . .
- !Ah! Ella te da lo que yo no puedo darte.
- Si me hubieras amado tanto como dices y hubieras sido mía cuando te lo pedí yo no hubiera caído: le respondí.
- Para colmo me culpas de tu infidelidad. Sabes, eres mi primer novio y te amo entrañablemente pero creo que las mujeres depreciamos cuando nos entregamos fácilmente.
- Para mí, Camille vale ahora más que antes. Además yo te ofrecí matrimonio.
- Te dije que no estaba preparada para casarme. Quizá ella vale más porque sacias tus deseos en ella pero muy dentro sabes que quizá fue de otro antes que tuya. Aunque quieras esquivarlo siempre desconfiarás de ella.
- Todo sea por la virginidad. La virginidad es una cosa pasada de moda que sólo dura segundos. Un poco de dolor, luego placer y ya.
- La virginidad es eterna, es una actitud ante la vida. Es la satisfacción de sentirnos en control de nuestra vida y de nuestro cuerpo. Te amo mucho pero me amo más a mí misma.
- Vas a tener que ser fuerte para acostumbrarte a la idea de que ya no te quiero. Me marcho. Sécate las lágrimas, no llores por mí. Algún día encontrarás a alguien que te quiera más que yo.Qué canalla fui.

Me ubico frente a la tienda de juguetes del primer piso y creo ver a Beatriz al otro lado, camino como desquiciado hacia ella cuando siento que tropiezo con algo y doy una voltereta en el aire. Me agarré fuertemente para no caer al agua.
Escuché voces cristianas que oraban: Ese tipo esta borracho. Yo creo que está drogado. Es el diablo que está suelto.

- ¿Qué rayos me está pasando? Beatriz, nunca he dejado de quererte. ¿Por qué me engaño? Nunca quise a Camille, tengo un hijo con ella pero jamás llegué a amarla. Quizá fue la polilla que incrustaste aquel día en mi cerebro que carcomió mis sentimientos. O quizá fue que lo que me dijiste era verdad.
"Chequeaba" los discos de salsa buscando el C.D. de Gilbertito Santa Rosa.
- Suuufro. . . suuufro, cuanto sufro. Lloooro y es que añoro- cantaba un empleado cerca de donde yo estaba.
- ¿Estás melancólico? Sentí una voz femenina a mis espaldas.

Sabía que era ella. Me sostuve para no tumbar el "rack" de discos. Me volteé y sentí lo que sienten los boxeadores cuando le meten un buen “burrunazo”. Me sentí " " groggy" " atontado; traté de hablar pero sentía las palabras pegadas con "Crazy Glue" en la garganta. Me acordé del curso de relajación que tomé alguna vez : respiré . . . llevé oxígeno a mi cerebro. Sólo así pude balbucear. . .
- Beatriz, estás preciosa.
- Te estaba siguiendo hace rato. Necesitaba verte. Te vi en la avenida y conociéndote como te conozco pensé que vendrías a comprar discos.
- Nadie me conoce tan bien como tú. ¿Por qué me buscas?
Se acercó, mirándome a los ojos, me tomó la mano, sentí aquella tibia mano que solía acariciarme, me abrazó, sentí su piel quemándome la mía, luego me dio un beso en la mejilla, sonrió.
- Ha sido un placer verte, espero que estés bien: dijo mientras se alejaba a prisa.

Yo salí corriendo tras ella tropezando con todo el que se cruzaba en mi camino. La seguí hasta el estacionamiento. Grité su nombre, se detuvo y llegué hasta ella. Extenuado le dije:
- No entiendo lo que esté pasando; me abrazas, me besas y cuando voy a hablarte te marchas y me dejas con la palabra en la boca.
- Perdona, no quiero herirte. Me caso en un mes y quería comprobar si todavía te amaba para no engañarme ni engañar a mi futuro esposo.
- Yo, sin embargo, me he dado cuenta que te amo. En seis años no he podido olvidarte.
- ¿No crees que es demasiado tarde? Yo, amo a otro. Tú estás casado. ¿Cómo está Camille?
- Creo que bien, estamos divorciados.
- Así estaríamos nosotros si nos hubiéramos casado. Tu inmadurez no nos habría dejado ser feliz.
- He cambiado. Beatriz, por favor dame otra oportunidad.
Beatriz me miró a los ojos y dictó sentencia. . .
- Amigo, vas a tener que ser fuerte para entender que amo a otro hombre. No llores por mí. Quizá algún día encuentres a alguien que te ame casi igual a como yo te amé. Nuestro amor fue un espejismo, yo pensé que te amaba pero mi amor por ti ha desaparecido.
- Beatriz, Beatriz . . . No me dejes: grité, mientras la veía alejarse
Escucho un coro de voces varoniles engolando a mi alrededor:
- Ese tipo está llorando. Está loco de remate. Enamorarse así en estos tiempos. . . y de una mujer.

Alguna vez leí que muchos hombres terminan destruyendo lo que aman. Parece que no sabemos diferenciar la pasión del amor. No veo claro el camino. Me he quedado huérfano en la noche oscura del alma. ¿Qué tengo?, ¿Qué me queda? Miro al cielo, sólo me tengo a mí mismo. Inhalo-exhalo, relajación profunda. Medito un rato. . . Tengo que re-evaluar los conceptos: amor, pasión y amistad. Tengo que sensibilizarme para reconocer el verdadero amor cuando se me se me presente y ciertamente voy a tener más cuidado al caminar y al correr; estoy tan cansado de tropezar y caer.

"Los objetos reflejados en el espejo están más cerca de lo que parecen" dijo un filósofo que trabajaba en la industria automotriz. ¡Qué gran verdad! Me enjugué las lágrimas , comencé a caminar despacio, observé el cielo, lo vi despejado, le hice un guiño a Dios en el cielo y supe que pronto… . Al fin sonreí.